La lactancia materna es el alimento de elección, el criterio de referencia, para los lactantes sanos en los primeros 6 meses de vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la alimentación exclusiva con leche materna durante el primer semestre de la vida para recién nacidos sanos a término y estimula a la lactancia materna complementada con una diversificación alimentaria normal hasta los 2 años de vida.
Ácidos grasos omega 3 ó DHA
Los lípidos o grasas, constituyen el 60% del peso del cerebro y el total de un tercio de la grasa son los ácidos grasos esenciales, por lo que es vital para el desarrollo del sistema nervioso y para el cerebro de tu bebé, incluso antes de llegar al mundo. Estas grasas ayudan a construir las membranas que protegen a las neuronas (las células mensajeras) y permiten la transmisión eficiente de señales nerviosas.
Los ácidos grasos esenciales y el DHA, en particular, desempeñan un papel crítico en el crecimiento de tejido cerebral. Usted como mamá es el agente de entrega de DHA para su bebé durante el embarazo.
¿Cuándo el DHA es más importante?
Los investigadores han determinado que las neuronas de un bebé se multiplican con mayor rapidez entre los meses 4 y 7, del embarazo, momento en que su cerebro ya ha producido la mayor parte de los 100 mil millones de neuronas que tendrá al nacer. También es también durante el segundo y tercer trimestre, del embarazo, que el DHA se absorbe y se almacena ampliamente y de manera eficiente por tu bebé.
Durante los últimos tres meses del embarazo y la lactancia, los bebés experimentan un rápido desarrollo que exige altos niveles de este nutriente para fortalecer sus cuerpos, especialmente el sistema nervioso y la visión. Por ello se recomienda a las mujeres embarazadas y madres que dan de lactar consumir 200 a 300 mg de DHA al día.
Fuentes de DHA durante embarazo y lactancia: Pescados y mariscos: salmón, atún, bacalao; proporcionan alrededor de 1 gramo de ácidos grasos omega 3 (DHA) en 3.5 onzas de pescad
Vitamina D
La leche materna tiene la concentración más alta de vitaminas y hierro de fácil absorción. Un bebé sano alimentado por una madre sana no necesita ningún otro complemento vitamínico o nutricional, con la excepción de la vitamina D. La leche materna contiene cierta cantidad de vitamina D, la cual es producida cuando el cuerpo se expone a la luz solar.
La exposición al sol le ayuda a tu cuerpo a producir vitamina D, pero muchas mujeres no reciben suficiente sol (especialmente en el invierno y con el uso de protector solar) para elaborar cantidades suficientes. Los expertos consideran que la pequeña cantidad que se obtiene a través de los alimentos puede ser insuficiente. La mejor manera de saber si estás recibiendo suficiente vitamina D es a través de una prueba de sangre.
Importancia de la vitamina D
La vitamina D desempeña un papel importante en el metabolismo óseo a través de la regulación de la homeostasis del calcio y el fosfato y que también puede desempeñar un papel importante en la regulación del sistema inmunitario. La carencia de vitamina D en los lactantes puede producir malformaciones óseas (raquitismo), convulsiones y disnea.
Nota: Es importante que la madre y él bebe se exponga a los rayos solares para obtener la vitamina D.
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