Hígado graso: Causas y repercusiones en la salud

La enfermedad por hígado graso no alcohólico (NAFLD) se define como la presencia de grasa en el hígado (esteatosis hepática), la concentración grasa es entre 5 a 10 % del peso del hígado.

¿Cuáles son las causas?

Se ha demostrado que la combinación de factores genéticos, demográficos, clínicos y ambientales juegan un papel importante determinando la probabilidad para el desarrollo de hígado graso. Existen condiciones que ya tienen una asociación bien establecida con la enfermedad de hígado graso no alcohólico como son:

• Sobrepeso
• Obesidad central
• Dislipidemia 
• Resistencia a la insulina
• Diabetes Mellitus tipo 2

Todos ellos asociados conceptualmente con el Síndrome Metabólico, el que podría provocar complicaciones tanto hepáticas como cardiovasculares. 

¿Qué consecuencias puede traer no tratar la enfermedad?

Identificar esta entidad y tratarla es de crucial importancia dado que la presencia solo de grasa hepática, puede progresar con inflamación, fibrosis, cirrosis y sus complicaciones, así como predisponer al desarrollo de hepatocarcinoma. Así también, en los últimos años se ha demostrado una relación significativa entre la enfermedad de hígado graso y la enfermedad cardiovascular, que van desde aterosclerosis subclínica hasta enfermedad coronaria.

¿Qué hacer para solucionarlo?

El tratamiento principal del hígado graso comienza con la pérdida de peso y el ejercicio, y con las positivas consecuencias que estos cambios suelen aportar: aumento de la sensibilidad a la insulina, mayor expresión de adiponectina y mejora de los perfiles lipídicos. Así, una combinación de una dieta hipocalórica y ejercicio de intensidad moderada es probable que proporcione la mejor probabilidad de mantener la pérdida de peso con el tiempo. La pérdida de peso de al menos 3 al 5 % del peso corporal parece necesaria para mejorar la infiltración de grasa en el hígado.